En su afición por la mitología griega, Pedro Pablo Rubens, pintor flamenco (Siegen 1577-Amberes 1640) plasmó en un luminoso lienzo a un jovencísimo y bello Eolo, rodeado de una singular y variada fauna alada.
Tanto es así que en el cuadro se puede admirar un pito real, un martín pescador, un gran faisán, un ave del paraíso de Raggi, dos oropéndolas, una lechuza común, en su variedad de pecho oscuro, un búho chico, un guacamayo rojo, dos urracas, una gallina de Guinea y una golondrina.
De toda esta avifauna de fe el biólogo y educadr Joaquín Gómez Cano en el libro "Las Aves en el Museo del Prado", de SEO/BirdLife, en el que también han colaborado dos artistas y estudiosos, Juan Varela y Gerardo Orellana.
En su presentación SEO/BirLife anota que han sido más de ocho mil pinturas custodiadas por el Museo del Prado -dentro y fuera de sus muros- las analizadas concienzudamente para descubrir una nueva dimensión en la relación entre el hombre, la naturaleza y el arte.

Museo Nacional del Prado, en depósito en el Museo de Bellas Artes de Asturias.EFE/Foto cedida por el Museo de El Prado
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