Juan María Calvo.- El gran maestro japonés del bonsái Masashi Hirao ha pasado por España para colaborar en la divulgación del conocimiento de este arte milenario que “sirve para lograr un mejor entendimiento entre los pueblos”. Masashi Hirao es muy joven (34 años) para el prestigio que ya goza en una actividad en la que la experiencia se valora mucho. Pero ha pasado por las mejores escuelas en su país, incluida la que dirige Saburo Kato, en Omiya, y además da un aire nuevo a sus actuaciones creativas utilizando innovadores sistemas didácticos.
El pasado 12 de marzo protagonizó una demostración de creación de un bonsái en Madrid, mientras se escuchaba la música del gallego Raposo (Fernando Epelde). “Es muy joven, pero tiene buena formación y un gran entusiasmo”, considera Luis Vallejo, para muchos el mejor especialista español, director del Museo del Bonsái de Alcobendas y conservador de la colección del Real Jardín Botánico.
“Saburo Kato contribuyó a promocionar el bonsái como herramienta para la paz y Hirao sigue la misma línea”, manifestó también el embajador de Japón en España, Kazuhiko Koshikawa, al explicar que el joven maestro ha sido nombrado “embajador cultural” por el Gobierno de su país.
Hirao considera que en España tenemos especies de mucha calidad para hacer bonsáis, y destaca los olivos, las sabinas y los pinos sylvestris, así como muy buenos expertos y aficionados. En Madrid, además de la demostración que realizó en el Centro de Creación Contemporánea Matadero, hizo otra en el aula de Educación Ambiental de Alcobendas y visitó el jardín que David Benavente, otro gran maestro español, tiene en Galapagar, además de admirar la colección de los árboles donados por el expresidente Felipe González que se muestran en el Jardín Botánico del Paseo del Prado.
Hirao abandonó Madrid este fin de semana muy contento, pues “en España es más fácil encontrar personas que se muestras interesadas por el bonsái que en Japón”.
Las actividades de Hiaro en España han sido organizadas por la Embajada de Japón, en colaboración con Fundación Japón y Casa Asia y con la ayuda de Luis Vallejo.