El nuevo informe del IPCC, que se dará a conocer el día 14 en Berlín, aborda por primera vez la financiación del cambio climático y refleja que la inversión se sitúa muy por debajo de lo deseable, pero los datos manejados “son bastante malos”.
Las cifras con las que ha trabajado el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) no son buenas en el sentido de que no está claro qué se destina “realmente” a cambio climático y qué inversiones son atribuibles a otros conceptos que directa o indirectamente ayudan a mitigar el calentamiento del planeta (0,85 grados entre 1850 y 2012).
Así lo ha explicado en una entrevista con Efe el profesor de la Universidad Pontifica de Comillas, Ignacio Pérez Arriaga, revisor editorial del capítulo sobre temas transversales financieros y de inversiones del Grupo III del IPCC, la mayor red mundial de científicos sobre cambio climático.
El tercer y último informe del Quinto Informe
Este es el tercer y último documento del Panel de Expertos de la ONU que conformará su Quinto Informe (AR5), que en relación con los anteriores pone un mayor énfasis en la evaluación de los aspectos socio-económicos del cambio climático y sus implicaciones para el desarrollo sostenible, la gestión de riesgos y la elaboración de una respuesta a través de la adaptación y la mitigación.
El primero (elaborado por el Grupo I, sobre bases científicas del cambio climático) se publicó en septiembre de 2013; el del Grupo II, sobre efectos, adaptación y vulnerabilidad se difundió en marzo pasado y una vez conocido este último documento se procederá a redactar el informe de síntesis del AR5 (por sus siglas en inglés), que se dará a conocer el próximo mes de octubre.
En esta ocasión, mensajes poco claros
Según Pérez Arriaga, el capítulo en el que él ha participado no proporciona “mensajes muy claros, pero el conjunto del informe sí va a ser muy importante, porque habla, entre otras cuestiones, sobre cuánto puede contribuir a la mitigación cada uno de los sectores”.
Al ser la primera vez que se aborda la financiación del cambio climático “ha sido también más difícil elaborar nuestro capítulo, porque no existía ningún documento previo sobre el que basarse”.
“Ha habido que inventarlo todo y los datos son bastante malos o, mejor dicho, están poco desagregados”, ha añadido el ingeniero de la Pontificia, actualmente profesor visitante del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Ninguna organización está trabajando “seriamente” respecto a la separación de cuáles son los fondos que se dedican de verdad a cambio climático.
La clave, saber qué corresponde a inversión de cambio climático
Por tanto, “lo complejo es encontrar lo adicional que se hace para el cambio climático, es decir, los países pueden decidir invertir en energías verdes por muchas razones -alta dependencia energética, impulso a un sector tecnológico…- ¿pero cuánto es debido al cambio climático? eso es lo difícil de determinar”.
En el capítulo se recogen todas las inversiones destinadas a las tecnologías limpias, unas cifras “enormes” que no “dicen tanto” ya que no tienen por qué guardar relación con la lucha contra el cambio climático.
Mucho dinero para renovables
“Se destina mucho dinero a las renovables y también es obvio que se está invirtiendo mucho menos de lo que se debería invertir porque no estamos afrontando el problema de forma adecuada. Estamos muy por debajo de lo que habría que hacer”, ha subrayado.
Entre los españoles del Grupo III participan como autores líderes la profesora de la Universidad de Lérida Luisa Cabezas y el profesor de la Universidad de Vigo Javier Labandeira. EFE
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