Expertos y líderes políticos nacionales e internacionales analizan hoy en Madrid cómo afrontar la problemática que suponen la desertificación y la sequía en una jornada organizada por el Ministerio para la Transición Ecológica en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Madrid acoge así la celebración central del Día Mundial de la Desertificación y la Sequía, coincidiendo con la primera ola de calor que vive España en lo que va de año y que ha desatado una cadena de incendios en gran parte del territorio nacional.
En el acto van a participar el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que intervendrá telemáticamente, así como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius.
Además, intervendrán el secretario ejecutivo para la Convención contra la Desertificación de Naciones Unidas (Unccd), Ibrahim Thiaw, vía internet; el presidente de la COP15 de Desertificación y ex ministro de bosques y agua de Costa de Marfil, Alain-Richard Donhawi, y la activista climática y fundadora de PaTree, Patricia Kombo.
Durante la jornada se desarrollarán una mesa redonda sobre casos de éxito en mitigación y adaptación a la sequía y un panel de alto nivel sobre políticas de la sequía y el papel de la ciencia.
El 74 % del territorio nacional, en riesgo de desertificación
El Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía busca concienciar sobre estos problemas ambientales así como demostrar que es posible combatirlos con eficacia.
España ultima su Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación, en cuyo borrador se advierte de que casi tres cuartas partes del territorio nacional (74 %) se encuentran en riesgo de desertificación, con Andalucía y Cataluña a la cabeza en cuanto a "procesos erosivos de gran calado".
Entre 1900 y 2019, las sequías afectaron a 2.700 millones de personas en el mundo y causaron 11,7 millones de muertes y las previsiones científicas pronostican que irán en aumento y que podrían afectar a más de tres cuartas partes de la población mundial en 2050.
En última instancia, la desertificación implicaría, según las previsiones, el deterioro irreversible y la disponibilidad de los recursos naturales terrestres: suelo, agua y vegetación, lo que limita las oportunidades de desarrollo y las condiciones de vida de las poblaciones afectadas, han recordado desde Transición Ecológica. EFEverde
