Activistas de Greenpeace han colocado esta mañana unas letras gigantes con la leyenda “No más carbón” en el almacén de carbón de El Musel, en Gijón (Asturias).
Con este letrero, que ocupa una superficie de 120 metros cuadrados, los ecologistas han exigido al Gobierno “que legisle contra el cambio climático y que establezca un calendario para que las centrales térmicas de carbón cierren antes de 2025”, según un comunicado facilitado hoy por la ong.
El puerto del Musel, junto a la central térmica de carbón de Aboño, recibe “millones de toneladas de carbón de importación” que “entran por mar, se almacenan y se trasladan a las térmicas de carbón” que EDP, Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa tienen en la región astur-leonesa, ha denunciado esta asociación.

En su protesta contra “el mayor emisor de CO2,junto con el petróleo y el gas”, la organización ha reivindicado el cierre planificado de las centrales térmicas contaminantes, así como una “transición justa para las personas que trabajan en ellas” a fin de que encuentren nuevos empleos.
Greenpeace también ha criticado que el Principado de Asturias “arrastra una dependencia de la generación con carbón muy superior al resto del país”, ya que en esta comunidad autónoma “el 63% de la electricidad se produce quemando este combustible contaminante” según sus cálculos.
La responsable de la campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace, Tatiana Nuño, ha relacionado la quema de este combustible con los “fenómenos meteorológicos extremos” como los huracanes que estos días azotan las costas caribeñas y que, ha advertido, “serán cada vez más fuertes y duraderos”. Efeverde
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