Al menos 51 especies de mariposas viven en Madrid y Barcelona, según el Observatorio Ciudadano de Mariposas Urbanas, liderado por la bióloga del CREAF Yolanda Melero, que ha dado a conocer las cifras de su primer año de funcionamiento en ambas ciudades.
Desde que hace un año se puso en marcha este proyecto de ciencia ciudadana, un total de 64 voluntarios -35 en Barcelona y 29 en Madrid- han reportado más de 6.000 observaciones de mariposas urbanas en Madrid y Barcelona, y los científicos las han clasificado en 51 especies diferentes, que suponen el 22 % de las mariposas que hay en España.
El Observatorio Ciudadano de Mariposas Urbanas, que cuenta con la colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Complutense de Madrid y el Museo de Ciencias Naturales de Granollers, está impulsado por la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica.
Mariposas en Madrid y Barcelona
Según los datos recogidos, la mariposa más abundante en ambas ciudades es una mariposa muy común en la península, la blanquita de la col (Pieris rapae) y algunas de las más espectaculares son la mariposa macaón (Papilio machaon) o la chupaleches (Iphiclides feisthamelii).
Los voluntarios han visitado, de marzo a septiembre, cada quince días, uno o dos jardines en su ciudad y, según sus observaciones, el mes de junio ha sido el mes con más mariposas volando por las dos metrópolis.
Los voluntarios han hecho habitualmente un mismo recorrido y han apuntado las mariposas que han visto en una aplicación que el proyecto ha desarrollado con tal finalidad.
En total, el observatorio ha hecho el seguimiento de mariposas en 44 jardines (21 en Madrid y 23 en Barcelona), y entre todas las personas voluntarias han observado 3.636 mariposas en Barcelona y 2.529 en Madrid.
El Observatorio ha editado las dos primeras guías de mariposas de la ciudad de Madrid y de Barcelona, que ha repartido a todos los voluntarios y entre diferentes centros ambientales y sedes de los ayuntamientos.
De este trabajo, los biólogos quieren extraer conclusiones sobre cómo tiene que ser un jardín para que puedan vivir más especies de mariposas diferentes o cuántos jardines se necesitan como mínimo para albergar o proteger algunas especies.
También consideran crucial disponer de una colección de datos que permita compararlos entre un año y otro para comprobar tendencias y mejorar los jardines de estas ciudades para que alberguen una mayor biodiversidad.
“Los datos que hemos conseguido hasta ahora ya nos sirven para mejorar nuestros modelos predictivos y probar las diferentes formas de gestionar los jardines metropolitanos. Si continuamos obteniendo datos, estos modelos serán más fiables y podremos ver con nuestros propios ojos si las medidas que se toman son efectivas o no”, ha comentado Melero. EFEverde
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