El embajador de los océanos de la ONU y nadador británico Lewis Pugh ha pedido a Rusia apoyo la creación de una red de Áreas Marinas Protegidas en la Antártida, en el marco del bicentenario de su descubrimiento por la expedición rusa liderada por Fabian Gottlieb von Bellingshausen y Mijaíl Lázarev.
“He venido a Rusia con una misión: pedir ayuda para crear una zona protegida en la región oriental de la Antártida. No veo forma mejor de celebrar el bicentenario del descubrimiento de la Antártida y honrar la memoria de Bellingshausen y Lázarev que creando una red de Áreas Marinas Protegidas en esta zona”, declaró en una rueda de prensa.
De iz. a d. El jugador de hockey ruso Viacheslav Festisov y el embajador del océano de la ONU, Lewis Pugh. EFE/EPA/YURI KOCHETKOV
Pugh destacó la influencia de Rusia en la lucha contra la crisis climática y recordó su experiencia en el mar de Ross, ubicado al sur de Nueva Zelanda, cuando consiguió el apoyo de Moscú para la creación de un área protegida en esta bahía.
Durante su visita a Rusia, país que junto a China se resiste a la creación de estas áreas marinas protegidas (AMP), Pugh se reunirá con el representante especial del Kremlin para la protección de la naturaleza, la ecología y el transporte, Serguéi Ivanov, a quien llamará la atención sobre la evidencia del deshielo polar.
Además, el nadador espera conversar con el ministro de Defensa ruso Serguéi Shoigú, y el nuevo primer ministro de Rusia, Mijaíl Mishustin.
En la rueda de prensa, Pugh estuvo acompañado del jugador de hockey ruso Viacheslav Festisov quien se ha unido a la campaña para concienciar a la población sobre la crisis climática y quien ha anunciado que jugará un partido en el Polo Norte en abril próximo.
El subjefe del comité de Cultura y Deporte de la Duma o cámara de diputados ha anunciado que la convocatoria se hará como “el último partido”, en relación a la última oportunidad para pasar a la acción climática.
Misión peligrosa
El reconocido nadador británico superó el pasado viernes otro nuevo reto, tras atravesar a nado un río supraglacial en la Antártida con el fin de llamar la atención sobre el calentamiento global y el deshielo polar.
El deportista y explorador, que se enfrentó durante unos diez minutos a una temperatura del agua que únicamente superaba pocas décimas los cero grados, confesó que jamás olvidará esta experiencia.
“Me sobrecogió la belleza de este lugar y sobre todo los colores. Cuando comencé a nadar las paredes de hielo eran ligeramente azules, luego, eran azul oscuro, después, de un gris azulado, luego color índigo, color violeta, y finalmente me sumergí en las sombras”, relató.
“Créanme cuando les digo que sentí miedo al sumergirme en el agua, porque se trata de un medio muy peligroso, el menor error te puede costar la vida. Y fui allí no porque quiera morirme, sino porque amo mucho la vida. Pero no solo mi vida o la vida de la gente, sino que amo la vida en toda su diversidad”, afirmó.
Supervivencia de la humanidad
Según Pugh, las decisiones que se tomen durante los próximos años determinarán el futuro de todas las generaciones venideras de seres humanos y, por ello, cuando se decidió a nadar en las aguas heladas de la Antártida, se enfocó en la “supervivencia” de toda la humanidad.
[box type=”shadow” ]”A veces no vemos la imagen general detrás de los detalles. Cuando visité por primera vez la Antártida, la temperatura del agua al borde de los glaciales era de tres grados sobre cero, y en la actualidad es de diez grados”, afirmó, al recordar que esta región es una de las más afectadas por el cambio climático a nivel global.[/box]
Según declaró el viernes pasado en rueda de prensa Valeri Martishenko, experto del Centro Hidrometeorológico de Rusia, el calentamiento de la Antártida es una tendencia, lo cual conduce a que en determinadas zonas los hielos se derritan.
No obstante, el aumento de la temperatura atmosférica provoca nubosidad que se precipita en forma de nieve, que ayuda a preservar el hielo antártico. EFEverde
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