España sigue sufriendo la tortura de los incendios forestales y ya no se limita al verano. Sólo entre el 1 de enero y el 30 de abril de este mismo año prendieron 3.530 fuegos, más del doble de la media del decenio. De ellos, afortunadamente casi el 60 % fueron apenas conatos que pudieron ser extinguidos antes de quemar una hectárea pero el resto de siniestros, 1.441, fueron mayores y 7 de ellos, registrados con la consideración de grandes. La superficie forestal quemada a 30 de abril supera las 39.000 hectáreas, más del doble que la media de los últimos diez años. Urge tomar medidas contra los incendios y, también, contra los incendiarios.