La floración de los tulipanes en la Terraza de los Cuadros del Real Jardín Botánico, que acoge unos 15.600 tulipanes de casi una docena de variedades, ha comenzado dejando un espectáculo multicolor en sus instalaciones del Paseo del Prado en Madrid.
Los amantes del mayor embajador de los Países Bajos están de enhorabuena, porque un año más ha comenzado la floración de los tulipanes plantados este año en el Real Jardín Botánico, un momento muy esperado que se prolongará por varias semanas.
Los tulipanes se podrán contemplar principalmente en la Terraza de los Cuadros, pero también se extienden por otras zonas del Botánico como la Rocalla o el Jardín de Invierno, que plantados de manera consecutiva, conforman una auténtica pradera de colores.
Este año se han plantado bulbos de doce diferentes variedades, entre ellas: “Merlot”, “Elegant lady”, “Groeland” u “Orange princess”.
Los tulipanes eran un símbolo de poder en el siglo XVII
Procedente de la actual Turquía, donde tenía connotaciones sagradas, el tulipán fue introducido en los Países Bajos en 1559.
En los primeros años del siglo XVII, en un periodo de gran prosperidad en los Países Bajos, los tulipanes se convirtieron en el mayor exponente de riqueza y hoy en día Holanda es el mayor exportador de esta flor que pertenece a la familia de las liliáceas, al igual que los ajos y las cebollas.
Un sólo bulbo de tulipán se vendía en 1623 por 1.000 florines, por lo que esta ‘tulipomanía’ llevó a estas flores a entrar en el bolsa de valores y a convertirse en un símbolo de poder.
Pero, la floración del tulipán dura siete años desde que se planta el bulbo, por tanto, ¿cómo se podía negociar un producto de temporada durante todo el año?
La solución fue comenzar a vender los bulbos de tulipán antes de que se hubieran recolectado, de esta forma se negociaba el precio y la cantidad antes de la floración de los bulbos, en un proceso especulativo que no nos resulta desconocido.
Toda esa euforia bursátil tuvo que estallar y en 1637 el precio de los tulipanes cayó en picado y condujo a la economía global a una de las primeras crisis de la historia moderna.
Hoy, cuatro siglos después, la tulipomanía vuelve al Real Jardín Botánico como un bello panorama digno de ser fotografiado o pintado, como sucedía siglos atrás, y que los madrileños podrán disfrutar durante el mes de abril, prolongándose su punto de máximo esplendor hasta después de Semana Santa. Efeverde