La cría de oso panda gigante nacida en el Zoo de Madrid, un macho de 210 gramos que cabe en la palma de la mano, vocaliza y grita con fuerza desde el primer momento y busca con ansia a su madre para mamar.
El pequeño “chillón” es muy vital, tiene buen aspecto -con sus característica piel rosada-, se mueve mucho y sus constantes son buenas, de acuerdo con el primer chequeo al que ha sido sometido hoy en una incubadora, ha explicado a Efe la veterinaria jefe del zoológico, Eva Martínez.
El nuevo “madrileño” es el cuarto ejemplar de panda gigante que nace en este zoo, tras el fallecido Chulin (1982) y de sus hermanos gemelos Po y De De (2010).
Su madre Hua Zui Ba, única por las motas negras que rodean su boca, de ahí su nombre (Zui Ba, que significa boca y su apellido Hua Boca florida), se está comportando como una “madraza” y se muestra como una experta tras el parto: “Enseguida se colocó a la cría para que pudiera mamar”, ha dicho Martínez, que no ha dormido en las últimas 30 horas.
El parto comenzó con la rotura de aguas a las 23.30 horas y acabó a las 03.45 de la madrugada del viernes. Se desarrolló de forma “relativamente fácil. Todo ha empezado bien”.
El primer mes es el más delicado de su crianza, ya que necesita constantes cuidados maternales, un periodo durante el cual la madre permanece en un dormitorio tipo nido, con la cría constantemente cogida y sin soltarla en el suelo.
Durante ese tiempo, Hua Zui Ba apenas comerá ni beberá pese a los intentos de los biólogos, veterinarios y cuidadores para que tome agua con miel y brotes tiernos de bambú, su único alimento.
A estos profesionales les ha sorprendido el peso de la cría, 210 gramos, por encima de la media, y han recordado que en el crecimiento de los pandas el peso se multiplica por cien hasta la edad adulta, cuando el macho alcanza los 130 kilogramos de media y la hembra, los 90 kilogramos.
El zoo de Madrid tuvo que recurrir a la reproducción asistida, ya que el celo de las pandas gigantes solo dura tres días, normalmente en primavera, y cuando el macho es pasivo y no hay cubrición natural se necesitan estas técnicas para aprovechar todas las oportunidades, ha añadido Martínez.
En toda Europa viven solo diez ejemplares de esta especie, una de las más amenazadas del planeta.
El padre del nuevo panda gigante, Bing Xing, ha estado ausente en el feliz acontecimiento y hoy se mostraba totalmente esquivo a la vista del público del zoo.
De momento el recién nacido no tiene nombre. “La tradición china determina que a los noventa días tenga lugar el bautizo”.
“Aquí se barajarán nombres en colaboración con el Centro Base de Cría de Pandas Gigantes de Chengdu (China) y lo que decidan en una votación los visitantes”, ha explicado la veterinaria jefe, que ha descartado la hipótesis de que nazca una segunda cría.
Al cabo de dos años, tal y como hicieron sus hermanos Po y De De, el osito “chillón” viajará a Chengdu para que forme parte del programa de cría de este centro de investigación y se empareje con una hembra.
Prácticamente al mismo tiempo que la osa panda madrileña, otra osa panda del zoo de Edimburgo (Reino Unido) fue inseminada y desde el pasado día 26 su equipo veterinario está de guardia esperando el desenlace.
Actualmente tan solo hay entre 1.000 y 2.000 ejemplares salvajes de pandas gigantes y otros 290 en cautividad en el mundo, ya que la destrucción de su hábitat, la caza furtiva y la desaparición del bambú en su entorno, uno de sus principales alimentos, está provocando su desaparición.
Hace tres millones de años los bosques de bambú cubrían extensas superficies de China, Birmania y Vietnam; hoy solo quedan en el suroeste del territorio chino y hay 33 reservas naturales que protegen el 60 % del hábitat del panda. EFE