Ana Tuñas Matilla/Madrid, (EFE).- Cruz Roja Española ha puesto en marcha un plan pionero dentro de la organización a nivel mundial con el que persigue reducir sus emisiones y compensar aquellas que no se pueden suprimir con acciones que, al mismo tiempo, contribuyen a su razón de ser como institución humanitaria.
El objetivo de +CO(mpensa)2 es que la organización alcance la neutralidad climática en 2030 con actuaciones como la incorporación de flota eléctrica o de instalaciones de energía renovable, la reducción de sus consumos, ayuda a las familias que atienden para rebajar su factura energética (14.542 en 2020) o reforestaciones.
Cruz Roja tiene el mandato de ejercer su labor humanitaria sin generar daños asociados, como, por ejemplo, el cambio climático. Con ese imperativo de telón de fondo, en 2018 comenzaron a medir la huella de carbono generada por su acción, ha explicado a Efe la técnico del área de Medio Ambiente de Cruz Roja Española, Sara Casas.
Con las medidas puestas en marcha desde entonces, la organización ha rebajado sus emisiones anuales de CO2 de 20.000 a 11.920 toneladas, según Casas, que ha subrayado que el proyecto español es pionero dentro de la organización a nivel mundial porque no sólo toca al medio ambiente, sino que tiene repercusión en las personas.
Reforestar para crear entornos de futuro en zonas rurales
“+CO(mpensa)2 tiene varias fases, no sólo se centra en descarbonización. Ahora estamos iniciando la fase tres que persigue crear entornos de futuro sostenibles e inclusivos para las personas” y ahí es donde cobran importancia los proyectos de reforestación. La idea es buscar “soluciones basadas en la naturaleza”, ha añadido.
“Les damos la máxima prioridad porque son proyectos de transformación de los entornos en los que trabajamos, la mayoría de ellos entornos rurales con elevados índices de despoblación (…). Intentamos crear un banco de conservación de la naturaleza a través de la gestión forestal sostenible”, según Casas.
El objetivo, que se regeneren espacios forestales con especies perdurables en el tiempo que, a su vez, den lugar a otros subproductos como resinas, piñones, pastoreo o madera cuya explotación genere nuevos puestos de trabajo, sobre todo entre los colectivos más vulnerables.
Además, estas plantaciones también pueden impulsar la creación de nuevas empresas y evitar la destrucción de las que ya existen, ha añadido Casas, que ha subrayado la importancia de que exista actividad económica para fijar población en lo que se conoce como la “España vaciada”.
Para compensar unas emisiones generadas de 15.000 toneladas en 2030, tendrán que plantar unas 583 hectáreas, ha apuntado Casas, que ha subrayado que todas las reforestaciones las llevan a cabo con voluntarios y son financiadas con fondos propios.
Las plantaciones comenzaron, como proyecto piloto, en Baleares, concretamente en el bosque del Castell de Bellver y en la zona natural marítima de Es Carnatge. Durante el mes de noviembre, se desarrollaron en Castilla y León y en La Rioja, donde han firmado convenios para reforestar 32,6 y 6,8 hectáreas, respectivamente
Diseñadas por empresas especializadas, las plantaciones requieren de alianzas entre particulares, administraciones públicas y Cruz Roja, así como que la colaboración se prolongue durante 30 años para ser tenidas en cuenta por el Ministerio, ha apuntado la técnico. EFEverde