La sociedad cada vez valora más a las compañías realmente comprometidas con la sostenibilidad. Hasta no hace muchos años, creíamos ilimitados los recursos naturales, la energía, y no había conciencia de las graves consecuencias medioambientales del triángulo nada mágico de “producir, usar y tirar”.
La economía circular habla de reciclar, de mantener el ciclo de vida de productos y recursos, de mirar más allá y romper con la visión cortoplacista de que el medio ambiente lo soporta todo y los recursos son ilimitados para saciar la condición de voracidad humana. Las empresas tenemos no solo la responsabilidad moral de contrarrestar el impacto negativo que nuestra actividad genera en el entorno, sino también de apostar por una forma de ganar dinero más equilibrada, más responsable, más eficaz y más eficiente en nuestros sistemas de producción, apoyándonos siempre en la innovación. Gracias, también, a las energías renovables la rentabilidad es posible.
Los empresarios debemos tomar muy a cuenta la necesidad de cambio y explotar los beneficios que la transformación de nuestras compañías tiene hacia este modelo económico. Todos los agentes sociales debemos estar implicados y caminar juntos hacia el mismo objetivo. La aplicación de la economía circular encuentra barreras no solo en una cultura empresarial que frena el desarrollo de nuevos modelos de negocio, sino que también existen vacíos legales que impiden incorporar nuevas ideas encaminadas hacia estos modelos productivos respetuosos con el medio ambiente.
Crecimiento y sostenibilidad ambiental
Pese a todas las dificultades, el cambio es imparable porque la sociedad exige armonizar crecimiento económico y sostenibilidad medioambiental, porque demanda un futuro más eficiente y unas ciudades más respetuosas. Si no frenamos el actual ritmo de consumo, no habrá legado a las generaciones posteriores. Después de 20 años de negociaciones, 195 países consiguieron pactar en 2015 en el Acuerdo de París limitar el calentamiento global en dos grados centígrados con respecto a la era preindustrial. El acuerdo marca el camino que instituciones y empresas debemos tomar para apostar por el medio ambiente sin perder el foco en la innovación y la tecnología.
En este contexto, la agricultura y la industria agroalimentaria española debe trabajar para gestionar de forma más eficaz sus cultivos, mejorar la calidad de la materia prima y el aprovechamiento de todos los productos y coproductos incrementando la calidad final de sus productos teniendo en cuenta el reciclaje, las energías renovables y la eficiencia energética.
Economía esférica
En esta firme apuesta por el medio ambiente y la economía circular me gustaría defender y acuñar un nuevo término: “economía esférica”, que busca también generar productos de alto valor añadido a partir de coproductos, pero incluyendo una tercera dimensión al conseguir autoabastecer energéticamente la producción inicial. Este modelo productivo permite no solo convertir los residuos de unos en recursos para otros, sino también aprovechar, por ejemplo, lo que sería en nuestro ámbito vinícola todos los coproductos: restos de poda, palés o barricas para producir energía mediante plantas de biomasa. Poniendo el foco también en reducir, reusar y reciclar, cerramos el círculo al autoabastecimiento con energía renovable. Otro ejemplo es el uso de un coproducto noble como la uva y sus hollejos donde extraemos un compuesto antioxidante natural como el Eminol con múltiples usos de interés para la salud como la cosmética y la nutricosmética.
Tiene todo el sentido del mundo pujar por estos modelos productivos y afrontar esta nueva realidad. Ha llegado el momento de que nos tomemos en serio el concepto de reciclar y pensar en el mundo que nos rodea para aliviar la presión sobre los recursos y el medio ambiente creando empresas y productos sostenibles que aporten beneficios para la sociedad. Los buenos propósitos son insuficientes porque es mucho lo que está en juego. Apostar por la economía esférica y cuidar el entorno es la única forma de seguir adelante para dejar un mundo mejor a las generaciones futuras.
(*) Carlos Moro es Presidente de Bodegas Familiares Matarromera
Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de Medio Ambiente y Ciencia en EFEnoticias y EFEverde
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