EFEverde.- La urbanización El Quiñón, la zona habitada más próxima al incendio del vertedero de neumáticos de Seseña, registró una elevada concentración de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), según los resultados del estudio de tóxicos realizado por la científicos de la Universidad Rovira i Virgili (RiV) de Tarragona, que consideran “difícil” que pueda generar cáncer entre la población.
El estudio, encabezado por José Luis Domingo Roig, catedrático de Toxicología y Salud Medioambiental de la URV se realizó con las muestras de suelos y de aire tomadas alrededor del cementerio de neumáticos entre los días 6 y 10 junio, una vez extinguido el incendio el 2 de junio y después de 20 días ardiendo.
Domingo Roig presentó el informe que, entre otras conclusiones, recoge que los niveles de HAPs -algunos cancerígenos- en aire en El Quiñón, son “extraordinariamente altos”. Son , explicó, más de diez veces superiores a los de Tarragona, donde se encuentra el polígono petroquímico más importante del sur de Europa.
Tambien que las concentraciones de HAPs en muestras de una lechuga cultivada en un huerto urbano de Seseña fueron diez veces superiores a los niveles habituales.

Los residentes en El Quiñón
Así, estima que para los residentes en El Quiñón los riesgos cancerígenos son superiores a los de los habitantes de Seseña Nuevo y Seseña Viejo, cuyos valores están dentro del rango normal para zonas urbanas, según los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No obstante, el profesor ha explicado que estos contaminantes al estar en el aire son sustancias “no persistentes” y la previsión es que “en unos meses” los valores vuelvan a ser los habituales.
Con ello, envió un mensaje de tranquilidad a la población y afirmó que “por dos semanas que hayan estado sometidos a una gran concentración de hidrocarburos, difícilmente van a tener un cáncer, a no ser que sean personas muy predispuestas y que lo vayan a coger de cualquier forma”.
Por otra parte, los resultados del informe reflejan niveles similares de dioxinas, bifenilos policlorados (PCBs) y metales pesados en todas las muestras, con la excepción de las dioxinas en aire, cuyos niveles fueron mayores en la zona de El Quiñón respecto a Seseña Nuevo y Seseña Viejo.
En todo caso, determina que los niveles de estos tres grupos de contaminantes ambientales son comparables a datos de zonas urbanas, según la bibliografía científica.
El estudio señala que los resultados son “claramente indicativos de la situación actual”, aunque responden a “un screening” que ha sido realizado con un limitado número de muestras por “obvias razones presupuestarias”, al haberse realizado con fondos del propio grupo universitario.
Un estudio más amplio
Con ello, recomendó realizar un estudio más amplio en cuanto al número de muestras y centrándose básicamente en los HAPs, el contaminante con mayores riesgos para la salud de la población.
En concreto, planteó su repetición a finales de 2016, al estimar que, para entonces, los HAPs puedan haberse degradado ya casi en su totalidad.
El alcalde de Seseña, Carlos Velázquez, que también participó en la rueda de prensa, se comprometió a asumir los costes del nuevo informe y a buscar financiación para su realización.
Velázquez anunció que el Consistorio pondrá en marcha un sistema de alerta temprana, vigilancia e inteligencia medioambiental en colaboración con el laboratorio de innovación Thinking Helper Labs.
El objetivo es evitar que pueda repetirse en el futuro una situación similar a la sucedida en Seseña, “aquí o en cualquier otro municipio”.
El portavoz de Ecologistas en Acción, Miguel Ángel Hernández, afirmó que los resultados del estudio realizado por la Universidad Rovira i Virgili ponen de manifiesto que el incendio en el cementerio de neumáticos supuso “una gran catástrofe medioambiental”.
Avanzó que la organización realizará en las próximas semanas un análisis sobre las consecuencias ambientales del incendio.
La presentación de este estudio coincidió una nueva sesión de la comisión de investigación sobre el vertedero de ruedas de las Cortes de Castilla-La Mancha, en la que los grupos parlamentarios solicitaron la información como la documentación ambiental, judicial y el Plan de Actuación Urbanística (PAU) de El Quiñón. EFEverde
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