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Unas pajitas de plástico. EFE/Ana Mengotti/ARCHIVO

RESIDUOS PLÁSTICO

Las pajitas, esos pequeños objetos que se convierten en microplásticos

Publicado por: efeverde 2 de febrero, 2019 Madrid

Diversas iniciativas se han puesto en marcha en todo el mundo para luchar contra el plástico, una de ellas es el Día Mundial de las pajitas (popotes, canudos, bombillas), de las que solo en Europa se utilizan 36.500 millones al año, y que pueden llegar a tardar más de 500 años en descomponerse.

Cada 3 de febrero se celebra este Día Mundial de las pajitas para concienciar a consumidores, industria y políticos de la importancia de reducir la utilización de objetos fabricados con plástico, porque muchos de ellos -más de 8 millones de toneladas, según la ONU- llegan cada año a los océanos.

Millones de toneladas de pajitas

Muchos organismos y onegés insisten en la importancia de informar y concienciar a los consumidores sobre las consecuencias que trae la descomposición de objetos como las pajitas cuando llegan a hábitats como los océanos o ríos.

Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el planeta se ha pasado de producir 2 millones de toneladas de plástico al año en 1950 a 400 millones de toneladas hoy en día.

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Dos cisnes juegan con una bolsa de plástico en el estanque de la plaza de Guipúzcoa de San Sebastián. EFE/Javier Etxezarreta/ARCHIVO

Y según WWF, Europa (Los 28 miembros de la UE + Noruega y Suiza) es el segundo mayor productor de plásticos del mundo, después de China. Y al año se producen 27 millones de toneladas de residuos plásticos.

El plástico representa el 95 % de los residuos que flotan en el Mediterráneo y acaban en sus playas actualmente. Pero muchos de esos plásticos, entre ellos las pajitas, es imposible recogerlos durante las labores de limpieza que los Ayuntamientos realizan cada día, porque las máquinas que se utilizan para ello no los detectan.

Así, estos objetos tan pequeños como las pajitas pasan a formar parte de los entre 70.000 y 130.000 toneladas de microplásticos (fragmentos de tamaño menor que 5 mm) y los entre 150.000 y 500.000 toneladas de macroplásticos (el equivalente a 66.000 camiones de la basura) que terminan flotando en las profundidades del mar Mediterráneo y otros mares europeos cada año.

Luchar contra el plástico

En todo el mundo, la lucha contra los plásticos va ganando cada vez más adeptos entre ciudades, regiones y países y consumidores concienciados del grave problema que representan para la biodiversidad y los humanos.

Varios estudios han demostrado que muchos objetos producidos con plásticos terminan descomponiéndose en microplásticos y finalmente llegan a la cadena alimentaria tras la ingesta de los mismos por los peces que se consumen como alimentos.

Para luchar contra el plástico, la Comisión Europea, El Parlamento Europeo y los Estados miembros de la Unión Europea acordaron en diciembre pasado la reducción de plásticos de un solo uso e imponer políticas más restrictivas a los productores.

Entre otros objetos que estarán prohibidos para 2021 por los organismos europeos están las pajitas, los platos, cubiertos y vasos de plástico y globos.

Estudio de la ECHA

Además, este miércoles 30 de enero, la Agencia Química Europea (ECHA) presentó en Helsinki una propuesta para reducir en la industria la utilización de partículas microplásticas que se agregan a productos tanto de uso comercial como profesional.

Tras un análisis sobre los peligros de la utilización de microplásticos, la ECHA expuso que la reducción en Europa supondría liberar alrededor de 400.000 toneladas de microplásticos menos al medio ambiente en los próximos veinte años.

La ECHA señala en sus conclusiones que aunque actualmente es imposible determinar el impacto medioambiental a largo plazo de los microplásticos, sí advierte de que las pequeñas partículas de este material son muy resistentes a la biodegradación y pueden ser un problema para la salud humana si llegan al organismo.

En Europa se utilizan más de 36.500 millones de pajitas al año, según Greenpeace, mientras en España se estima que son unos 13 millones.

Otro aspecto a tomar en cuenta, según los expertos, es que la producción de plástico implica gasto de energía y contaminación -menos del 50 % se recicla debido a los costes de recogida, selección y procesamiento-.

El resto del plástico se incinera, se queda en la superficie de la Tierra o llega a los océanos, según varias investigaciones.

Por ello, la eliminación o sustitución de las pajitas, también llamadas popotes, cañitas, canudos, bombillas, pitillos, sorbetes..., contribuye a reducir la contaminación de elementos que pueden tardar hasta 500 años en descomponerse.

Muchas marcas y establecimientos han optado por sustituir las pajitas por elementos reutilizables o de residuos cero, como pueden ser las de cristal, acero inoxidable, bambú, papel o silicona.

En Chile, por ejemplo, la iniciativa Chao Bombillas, fomenta la eliminación de estos objetos del mundo de la restauración, según su página web.

Pero hay muchas más y cada vez hay más organizaciones que fomentan la lucha contra estos residuos.

Protección de los océanos

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Vista general de basura que se acumula en la Bahía de Panamá. EFE/Carlos Lemos/ARCHIVO

 

Es necesario "concienciar sobre la gravedad del problema", según la oenegé Surfrider España, una organización internacional dedicada a la protección y puesta en valor del océano, las olas y el litoral con más de 25 años de trayectoria, que promueve la investigación, la educación y acciones de voluntariado para luchar contra la contaminación en los océanos.

Xavier Curto Zafra, responsable de Educación ambiental y voluntariado de Surfrider España, explica a EFEverde que la organización trabaja en diferentes niveles, con programas locales, regionales y europeos con el objetivo de "sensibilizar" por medio de la investigación, la educación,  la comunicación y el voluntariado.

Entre los programas que desarrollan está el "LIFE LEMA, que tiene como objetivo la sensibilización de la sociedad y que se desarrolla con socios españoles y franceses en el Golfo de Vizcaya para saber dónde se acumula la basura, ir y pescarla".

"El mar no tiene barreras", según Curto Zafra, por ello desarrollan estudios por medio del seguimiento durante cuatro años seguidos aproximadamente en playas -no necesariamente urbanas y turísticas- de diferentes zonas sobre la basura.

De esas acciones, los residuos que más recogen "es plástico -poliestileno de actividades mayoritariamente comerciales, plásticos de un solo uso y colillas de tabaco-", según Custo Zafra, que explica que los datos de esos estudios están a disposición de cualquier entidad que quiera consultarlos.

Asimismo, la acción de varios socios europeos permite la reconversión de buques de pesca con los que recuperan la basura que flota en las aguas marinas, porque el "plástico" y las colillas de tabaco están en todas partes.

Además, entre los proyectos de basura marina desarrolla el Programa Internacional de Voluntariado Ambiental Ocean Initiatives, a nivel local e internacional, la campaña #SinPlástico y el programa OSPAR en Gipuzkoa, Cantabria y Cataluña.

Entre los de sensibilización y comunicación, trabaja en el proyecto SOMBLAU, desarrollado por entidades ambientales y académicas como ecounión, Posidonia Green Projecti, el Intitut de Ciències del Mar de Cataluña y el Plan Clima del Ayuntamiento de Barcelona, cuya primera reunión tuvo lugar el lunes pasado, con el objetivo de impulsar la educación en el cambio climático, así como mejorar la comunicación de sus efectos en los ecosistemas marinos y costeros de la ciudad de Barcelona.

Curto Zafra asegura que es necesario trabajar en la sensibilización para lograr la modificación de la legislación, como se ha hecho en la Unión Europea con los objetos de plástico de usar y tirar. "No solo quejarse, hay que trabajar para cambiar", asevera.

Por ello, señala Curto Zafra que Surfrider España forma parte del comité organizador de MARLICE 2019, el primer foro sobre la basura marina que se realizará en Sevilla en abril próximo. EFEverde

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EFEverde, la plataforma global de periodismo ambiental de la Agencia EFE www.efeverde.com

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