Por Marta Montojo, EFEverde.- El Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que se celebra cada 9 de agosto, pone el foco sobre la situación que actualmente viven numerosas comunidades autóctonas, amenazadas por proyectos industriales y extractivistas y que, según Survival International, son indispensables para la conservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.
La renaturalización de espacios, la descarbonización de la economía de la mano de las energías limpias, la economía circular, el desarrollo sostenible… son algunas de las apuestas “verdes” que, mediante innovadoras iniciativas, promueven un modelo de consumo alternativo al que tenemos hoy, que está agotando los recursos de la Tierra y nos ha llevado a uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo: el cambio climático.
Sin embargo, actualmente existen en el mundo unas 370 millones de personas que no necesitan consejo alguno sobre cómo cuidar el planeta: ellos lo llevan haciendo desde épocas ancestrales.
Se trata de los pueblos indígenas, “los descendientes de aquellos que estaban allí antes de los otros que ahora constituyen la sociedad mayoritaria y dominante”, según los define Survival International, organización que defiende los derechos de estas poblaciones.
Con motivo del Día Internacional de los Pueblos Originales (declarado así por la ONU en diciembre de 1994), hablamos con Fiona Watson, sobre el “papel fundamental” que estas personas ejercen en la conservación de la biodiversidad y en la lucha contra el cambio climático.
“Son los guardianes de la naturaleza”, declara Watson, ya que, aduce “allá donde viven los pueblos indígenas hay una mayor riqueza biológica”.
Según Survival International, el 80% de las zonas con mayor biodiversidad de la Tierra son el hogar de los pueblos indígenas y tribales.
El estilo de vida “sostenible y autosuficiente” de estas poblaciones, y la mayor cubierta vegetal que se concentra donde ellos habitan, es apreciable en las imágenes tomadas por satélite, en las cuales se refleja, de acuerdo con esta organización, que “los territorios reconocidos como reservas indígenas son la principal barrera contra la deforestación”,pues son “islas verdes en medio de un mar de tala desolador”.

Las comunidades indígenas suponen también un elemento clave en la lucha contra el cambio climático, fenómeno que, al mismo tiempo, les afecta en mayor medida.
“En el entorno de muchas comunidades indígenas existe bosque tropical primario, que no fue destruido, y estos árboles, por una parte, absorben el carbono y, por otra, regulan la temperatura y hacen que el clima no sea demasiado cálido”, se explica.
Por tanto, asegura esta experta, si peligran los pueblos, peligra la naturaleza, y viceversa.
Las mayores amenazas
Los efectos del cambio climático desafían en buena medida el estilo de vida tradicional de pueblos que han vivido así durante cientos de años y ahora encuentran dificultades.
“En algunas comunidades africanas, por ejemplo, asentadas en Kenia o en Etiopía, la escasez de agua por la sequía y las lluvias, que cada vez son menos predecibles, están alterando su forma de cultivar, y en regiones más secas como en el desierto, el impacto es todavía más agudo, de forma que los pueblos nómadas ahora tienen que caminar cada vez más lejos hasta que encuentran agua y pasto para alimentar a su ganado”, argumenta Watson.
Sin embargo, aduce esta experta, la mayor de las amenazas es la presión de las economías regionales donde viven y “la gente de fuera”, con quien Watson dice referirse a “compañías que llevan a cabo proyectos extractivistas, de petróleo, madera y otros recursos, y proyectos industriales, como presas hidroeléctricas en sus ríos”.
“Todo lo que implica desarrollo, manejado por los gobiernos y las transnacionales, que raramente se sientan a hablar con los indígenas y ni siquiera les consultan qué tipo de desarrollo quieren”, precisa.
Watson reclama que, en la mayoría de los casos, estas empresas no cuentan con el Consentimiento Libre, Previo e Informado, -un derecho específico de los pueblos indígenas reconocido por la ONU- de las personas a quienes afectan estos proyectos.
Las mujeres indígenas, ¿activistas por el medio ambiente o defensoras de sus pueblos?
Fiona Watson piensa que, una de las razones por las que las mujeres indigenas se involucran en la lucha por la defensa de sus tierras, es porque éstas pueden tener una “mayor sensibilización”.
“En las comunidades guaraníes de Brasil, por ejemplo, donde no hay suficiente, los hombres salen para buscar trabajo y son las mujeres quienes se quedan a cuidar de sus familias y de sus tierras, y por tanto también son ellas las que se enfrentan a quienes quieren quitárselas”, sugiere Watson.

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