El Colectivo Azálvaro ha comenzado su campaña anual de vigilancia ambiental en los parques eólicos del sureste de Ávila ubicados en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de Campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos con el fin de evitar las amenazas existentes para las aves carroñeras.
Esta comarca alberga “una de las mayores concentraciones de la Península Ibérica de aves carroñeras, como los buitres negros y leonados, los milanos reales y negros, alimoches e, incluso, quebrantahuesos, que sobrevuelan la zona en busca de alimento, ha indicado hoy la asociación en una nota.
El colectivo ha defendido la labor de estas aves como “sanitarios del campo”, ya que eliminan los restos de animales y, con ellos, el riesgo de transmisión de enfermedades infeccionas al ganado y a la fauna silvestre.
Su estado de conservación, sin embargo, se ve amenazado por venenos, electrocuciones, intoxicaciones o colisiones con aerogeneradores y tendidos eléctricos, de modo que la campaña de vigilancia intentará mitigar estas afecciones.
Esta asociación ha llamado también la atención sobre la ausencia de una “red equilibrada” de muladares, que ha provocado una “alteración” en el comportamiento alimenticio de estas especies “se vean forzadas” a alimentarse en el Centro de Tratamiento de Residuos o Planta de Transformación de Residuos Sólidos Urbanos Ávila-Norte.
Esto se ha traducido en un “incremento de la mortalidad” de las aves por electrocución, pero también en episodios de intoxicaciones y que las aves deban atravesar varias líneas de aerogeneradores.
Para realizar la campaña de vigilancia, el Colectivo Azálvaro ha pedido la colaboración de cuantas personas estén interesadas en ser voluntarios en una iniciativa que, han asegurado, va consiguiendo resultados poco a poco.EFE verde
