Por Francisco Martínez Romón.- Hacía poco que las luces del alba habían comenzado a iluminar el Parque Nacional de Monfragüe y ya los primeros rayos de un fuerte sol primaveral calentaban los inaccesibles roquedos en los que habitan diversas colonias de buitres leonados (Gyps fulvus), lo que favorecerá el inicio del espléndido espectáculo que supone contemplar a estos majestuosos ejemplares surcando el cielo extremeño con su formidable velamen desplegado.