Ecuador y sus oportunidades de conservación y bienestar social. Por (*) Hugo Arnal (WWF Ecuador)

Publicado por: generico 2 de febrero, 2018

Ecuador tiene una inmensa riqueza natural y cultural. Nuestro país es pluricultural y multiétnico, entre más de 16 millones de ecuatorianos, existen 15 nacionalidades indígenas y al menos un número similar de subgrupos Quichua parlantes. Nuestro país es megadiverso y está ubicado entre los diez primeros lugares globales por su biodiversidad. Si lanzamos una mirada a la riqueza de especies animales vertebrados, solo por dar algunas cifras, Ecuador es el quinto país con mayor número de especies de aves y el segundo con especies de colibríes.

Además, la población de mantarrayas gigantes más grande del planeta se encuentra en las aguas territoriales ecuatorianas. Ecuador se ubica entre las naciones con mayor número de plantas vasculares, entre 16.500 y 19.400 según distintas fuentes, de las que algo mas de 4.500 son endémicas a nuestro país. Se ha documentado con claridad que,  de esta vasta riqueza de especies vegetales, cerca del 30% posee usos en la construcción, medicina, religión y diversas prácticas culturales.

Sin embargo, el país enfrenta muchas amenazas a su biodiversidad.  En 2016, según algunos autores, Ecuador acumulaba una pérdida de biodiversidad del 13%,  3 puntos porcentuales por encima del 10% considerado admisible.

Población y presión ambiental

A la par que el crecimiento poblacional, aumentan las presiones sobre las especies, ecosistemas y sus servicios ambientales. Según Naciones Unidas, Ecuador es el país con mayor densidad poblacional en Latinoamérica. En ese sentido, la conservación no puede seguir haciéndose de forma reactiva a los impactos de un crecimiento poblacional acelerado. Al contrario, debe pasar a ser parte integral de la agenda de desarrollo, incluyendo una inserción definitiva en los procesos educativos y formativos. La sostenibilidad ambiental y sus consecuentes implicaciones en el bienestar social deben ser parte de los procesos de toma de decisiones de la política pública. En ese sentido, la participación social en las decisiones sobre sus servicios ambientales debe crecer y hacerse de manera crecientemente transparente, particularmente en temas como calidad y cantidad de agua para uso humano, sostenibilidad de pesquerías y seguridad alimentaria, conservación y sostenibilidad de recursos naturales sobre los que dependen los emprendimientos económicos locales, sobre todo turismo de naturaleza. Deben crearse e incrementarse las juntas locales de manejo participativo y fertilizar una cultura donde la gente pueda ser autora de su propio destino.

Aprovechando las numerosas oportunidades que crecientemente se evidencian y para cubrir muchos de los déficits financieros que hoy día existen, Ecuador debe implantar modelos apropiados de sostenibilidad económica para la conservación de sus áreas naturales y para el desarrollo local. Particularmente, el país debe moverse hacia una economía más verde en la que la alta dependencia de las exportaciones petroleras sea sustituida por industrias más sostenibles y no contaminantes, por ejemplo el turismo.

Bioemprendimiento de cultivo de cacao orgánico en la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno. Peter Jelinek / WWFEcuador /
Bioemprendimiento de cultivo de cacao orgánico en la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno. Peter Jelinek / WWFEcuador /

Considerando que América Latina y el Caribe es la región en desarrollo con mayor tasa de urbanización, en donde más del 80% de su población vive en zonas urbanas, es momento de enfocar mayores esfuerzos de conservación en las ciudades. Es allí donde nacen muchas de las amenazas relacionadas a la huella humana, pero también donde existe un gran potencial para promover alternativas innovadoras de producción y consumo responsables y sostenibles, siendo los ciudadanos y el sector privado actores claves en esta transición.

Paralelamente, debemos seguir trabajando en ampliar y/o crear nuevas áreas de conservación generadoras de servicios ambientales vitales para la gente y la economía, y debemos apoyar a los Pueblos Indígenas a que los ecosistemas naturales y biodiversidad en sus territorios sean manejados y usados con criterios de sostenibilidad, lo contrario de lo que mayormente ocurrió en los territorios ocupados por las culturas ‘occidentales’.

Es precisamente esta riqueza natural, aunada a la extraordinaria diversidad de culturas nativas, la principal razón por la que trabajamos en conservación en Ecuador. No solo por los derechos de existencia que posee la naturaleza misma y todos sus componentes, sino porque trabajar en conservación es también hacerlo por el bienestar social. La conservación es una urgencia no solo ambiental sino sobre todo por lo social.

(*) Hugo Arnal, Director, WWF Ecuador

Fotografía principal: Hugo Arnal / Iguana terrestre de Santa Fe, Galápagos (Conolophus pallidus)

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