El próximo mes de junio celebraremos, un año más, el Día Mundial del Medio Ambiente. En esta ocasión, las circunstancias nos exigen poner el foco en la necesidad de proteger nuestro planeta y su rica biodiversidad y luchar, más allá de palabras, contra un cambio climático que nos ha lanzado demasiadas advertencias.
Hemos entrado en una nueva década sufriendo una crisis sanitaria sin precedentes, originada por el COVID-19, que está afectando, veremos en los próximos meses realmente en qué medida, a la población mundial.
La emergencia sanitaria ha paralizado durante semanas la economía global, generando muchas dudas en el panorama mundial y llevando la volatilidad a los mercados financieros. Apenas estamos percibiendo sus primeras consecuencias sociales y económicas y, si no actuamos con firmeza, sin duda, se agravarán.
Crisis climática
Es hora de actuar. El momento no es mañana, es ahora; mejor hubiese sido ayer. Los avisos y advertencias de la Tierra sobre el cambio climático estaban latentes, pero parecían no afectarnos. Sin embargo, esta pandemia nos ha hecho parar y escuchar con cierta atención el SOS del Planeta.
Ha tenido que llegar un “bicho” minúsculo, en forma de virus, para despertarnos, empujarnos a repensar y revelarnos la necesidad inaplazable de acometer un cambio radical en nuestro comportamiento, en nuestra economía y en nuestro entorno laboral.
Transportes más eficientes, menos emisiones de CO2, más digitalización, más energías renovables o un consumo más sostenible girando alrededor de la economía circular son solo algunos de los cimientos de esa nueva forma de entender el futuro sobre el que edificar esa “nueva normalidad” post-COVID.
Pacto Verde Europeo
Por eso, aunque no sea fácil un acuerdo entre todos los miembros de la UE, el impulso del New Green Deal es clave en esa hoja de ruta hacia una economía basada en nuevas estrategias de producción y de consumo. Es aquí, en este plan de reactivación europeo, donde las energías verdes, las renovables, pueden y deben jugar un papel determinante. Apostemos por ello.
Estamos ante una nueva oportunidad para Europa en general y para España en particular.
El objetivo de neutralidad climática, al que no solo no debemos renunciar, sino ambicionar antes del 2050, debe llevarnos a impulsar de manera definitiva la transformación de nuestro modelo energético y, en consecuencia, también del industrial, siempre de la mano de esa transición energética tan necesaria.
Nuestro futuro en verde
En ese camino, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, deberán jugar un papel fundamental, poniendo la base para el verdadero impulso a las energías alternativas, la apuesta por el I+D en un sector, el energético, donde España tiene mucho que ofrecer, con especial atención al proceso de descarbonización, para evitar dejar a nadie atrás.
La necesaria recuperación debe servirnos para conseguir un mayor peso de nuestra industria, que al mismo tiempo debe ganar en competitividad y sostenibilidad.
Tenemos que ser capaces, además, de generar en nuestro país toda la cadena de valor, como ya ocurre en el sector eólico, donde estamos en condiciones de convertirnos en una verdadera potencia.
Tenemos talento, ganas y profesionales. Esperemos que las administraciones acompañen en la conquista de este reto, que se ha convertido en inaplazable.
(*) Manuel García es director de Greenalia. The Green Company
Greenalia es un Productor de Energía Independiente (IPP) exclusivamente con tecnologías renovables, con sede en A Coruña (Galicia) que inició su actividad en el sector en el año 2006 y actualmente cotiza en el BME-MaB (Mercado Alternativo Bursátil) desde diciembre de 2017.
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Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde [/box]
Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde
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