Susan Lund es Vicepresidenta de Economía y Desarrollo del Sector Privado de la Corporación Financiera Internacional / Cedida

CREADORES DE OPINIÓN VERDE

La construcción ecológica es un buen negocio. Por (*) Susan Lund (@IFC_org)

Publicado por: Arturo Larena 1 de febrero, 2024 MADRID Fuente: ifc

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Por  (*) Susan Lund

Con tanta atención dedicada a las emisiones de los autos que conducimos y a otros aspectos de nuestro estilo de vida, olvidamos que la construcción y el funcionamiento de los lugares donde vivimos, trabajamos y nos entretenemos tienen un enorme impacto ambiental. Pero la buena noticia es que podemos reducir ese impacto tomando decisiones más inteligentes. Hoy en día, existen tecnologías de construcción ecológica que ofrecen oportunidades para reducir costes, aumentar los beneficios y frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.

En todo el mundo, las cadenas de valor de la construcción -que incluyen la construcción y el funcionamiento de edificios y la producción de materiales como el cemento y el acero- son responsables de un asombroso 40% de las emisiones mundiales de carbono, de las cuales casi el 70% se generan en las economías emergentes y en desarrollo (Figura 1).

Un nuevo informe de la Corporación Financiera Internacional (el brazo dedicado al sector privado del Banco Mundial), cuyo título es “Construcción ecológica: La construcción sostenible en los mercados emergentes”, estima que la transición a la construcción verde podría ayudar a cortar las emisiones globales de carbono en las cadenas de valor de la construcción en aproximadamente un 23 por ciento para 2035 (Figura 2). Esta reducción equivale a las emisiones totales del sector de la construcción de Estados Unidos en 2022. Sin embargo, para lograr este objetivo se necesitan acciones contundentes.

¿Qué medidas podemos tomar?

Nuestro informe presenta varios enfoques, desde la forma en que producimos el cemento y el acero hasta logros rápidos como el uso de pintura reflectante y revestimientos de ventanas. Los procesos innovadores, como la prefabricación, los aparatos inteligentes y la impresión 3D, también pueden disminuir costes y emisiones. Además, los edificios ecológicos que incorporan el reciclaje pueden reducir la producción de residuos en un 90% y consumir un 30% menos de energía.

Los edificios ecológicos también pueden tener costes de funcionamiento más bajos y valores de activos más altos que los construidos de manera convencional. En México, por ejemplo, donde los casos de calor extremo y los episodios de sequía van en ascenso , las iniciativas de viviendas sostenibles y asequibles tienen una gran demanda. Con más de 5,4 millones de metros cuadrados de edificios con certificación verde, el país se ha convertido  en un modelo para la construcción sostenible en los mercados emergentes.

Entonces, ¿qué estamos esperando? ¿Cómo podemos acelerar el cambio a la construcción ecológica, dado que es más rentable reducir las emisiones mediante un diseño ecológico desde el principio? Los gobiernos pueden facilitar este proceso reconociendo las normas y la verificación de la construcción ecológica, adoptando códigos nacionales de edificación y permitiendo la financiación sostenible de la construcción ecológica.

El primer paso es adoptar taxonomías y normas sobre lo que constituye un edificio ecológico. Las normas de Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental (LEED, por sus siglas en inglés) elaboradas por el Green Building Council de EE. UU., es un estándar aceptado internacionalmente. La Corporación Financiera Internacional ha desarrollado una alternativa adaptada al contexto de los mercados emergentes, denominada Excelencia en el Diseño para una Mayor Eficiencia (EDGE, según la sigla en inglés).

Colombia es el ejemplo de un país que ha realizado un rápido cambio hacia la construcción ecológica. En 2015, el Gobierno nacional promulgó un Código de Construcción Ecológica e introdujo incentivos fiscales para soluciones técnicas como el aislamiento y los sistemas de aire acondicionado energéticamente eficientes. En la actualidad, más del 20% de los edificios nuevos cumplen las normas ecológicas, frente a niveles insignificantes en 2015.

En segundo lugar, se necesitan políticas gubernamentales, que pueden incluir incentivos fiscales, para establecer normas de construcción y animar a empresas, inversores y consumidores a tomar decisiones más ecológicas. En 2022, más de 110 países carecían de  códigos energéticos obligatorios para los edificios, y en 2021 construyeron 2.400 millones de metros cuadrados, el equivalente a todo el parque inmobiliario de España.

Por último, se necesita financiación para promover la construcción ecológica. A pesar de la necesidad urgente y de una clara oportunidad de negocio tanto para las grandes como para las pequeñas empresas, siguen existiendo importantes lagunas de inversión en los mercados emergentes. En 2021, la financiación mundial de deuda privada para descarbonizar la construcción alcanzó unos 230.000 millones de dólares, pero los mercados emergentes sólo representaron el 10% de este gasto. Para aumentar la financiación de los edificios ecológicos, los gobiernos pueden adoptar taxonomías y normativas que faciliten los bonos verdes e instrumentos similaresEsto permitirá a los contratistas locales o a los bancos locales obtener financiación para la construcción ecológica, aprovechando el grupo de inversores que dan prioridad a la financiación sostenible.

Los objetivos climáticos mundiales no se alcanzarán sin una reducción significativa de las emisiones relacionadas con la construcción y el funcionamiento de los edificios. Juntos, las instituciones financieras de desarrollo, los gobiernos y el sector privado pueden impulsar una nueva forma de construir viviendas e infraestructuras siguiendo un camino más sostenible y respetuoso con el clima que en el pasado.

(*) Susan Lund es Vicepresidenta de Economía y Desarrollo del Sector Privado de la Corporación Financiera Internacional.

 

 


Building green is good business

BY (*) Susan Lund

With so much attention devoted to emissions from the cars we drive and other lifestyle choices, we forget that building and operating the places where we live, work, and play has a massive environmental impact. But the good news is that we can reduce that impact by making smarter choices. Today’s green building technologies offer opportunities to cut costs, increase profits, and curb greenhouse gas emissions.

Globally, the construction value chains- which include construction and operation of buildings and the production of materials such as cement and steel- account for a whopping 40 percent of global carbon emissions, with nearly 70 percent generated in emerging and developing economies (Figure 1).

A new IFC report, Building Green: Embracing Sustainable Construction in Emerging Markets, estimates that global building and construction-related emissions could be reduced by 23 percent by 2035 compared to the current trajectory (Figure 2). This reduction is equivalent to the total construction emissions of the United States in 2022.  But realizing this opportunity will require action.

What actions we can take?

Our report outlines several approaches – from the way we produce cement and steel to quick wins like using reflective paint and window coatings. Innovative processes, such as prefabrication, smart appliances, and 3-D printing can also reduce costs and emissions. Green buildings that incorporate recycling can reduce waste output by 90 percent and use 30 percent less energy.

Green buildings can also have lower operating costs and higher asset values than conventional buildings. In Mexico, for example, where instances of extreme heat and episodes of drought are on the rise, sustainable, affordable housing initiatives are in high demand. With more than 5.4 million square meters of green-certified buildings , the country has become a beacon for sustainable construction across emerging markets.

So, what are we waiting for? How can we accelerate the shift to green building, given that is more cost-effective to reduce emissions through green design up front?

Governments can facilitate this by recognizing green building standards and verification, adopting national building codes, and enabling sustainable financing for green construction.

The first step is to adopt taxonomies and standards for what constitutes a green building. The Leadership in Energy and Environmental Design (LEED) standards, developed by the U.S. Green Building Council, is an internationally accepted standard. IFC has developed an alternative that is tailored to the emerging market context, called Excellence in Design for Greater Efficiencies (EDGE)

Colombia is an example of a country that has made a rapid shift to building green. In 2015, the national government enacted a Green Building Code and introduced tax incentives for technical solutions such as insulation and energy-efficient air conditioning systems. Today more than 20 percent of new buildings are certified to meet green standards, up from negligible levels in 2015.

Second, government policies, potentially including tax incentives, are needed to set building standards and nudge firms, investors, and consumers to make greener choices. More than 110 countries lacked mandatory building energy codes in 2022, and they built 2.4 billion square meters of floor space in 2021– the equivalent of Spain’s entire building stock.

Finally, financing is needed to promote green building. Despite the pressing need and a clear business opportunity for both large and small firms, significant investment gaps remain in emerging markets. In 2021, global private debt financing for decarbonizing construction reached about $230 billion, but emerging markets accounted for only 10 percent of this spending spend. To increase financing for green buildings, governments can adopt taxonomies and regulations to  enable green bonds and similar instrumentsThis will allow local contractors or local banks to raise finance for green construction, tapping into the pool of investors that prioritize sustainable finance.

Global climate goals will not be met without significant reductions in emissions related to the construction and operation of buildings. Together, development finance institutions, governments and the private sector can bring to light a new way of building housing and infrastructure following a more sustainable, climate-friendly path than in the past.

(*) Susan Lund is Vice President of Economics and Private Sector Development at the International Finance Corporation.

 

 


Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde

Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde.

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Este blog de "influencers verdes" ha sido finalista en los Premios Orange de Periodismo y Sostenibilidad 2023 en la categoría de "nuevos formatos".

Arturo Larena

#PeriodistaAmbiental de la vieja escuela, maestro en #Fundación Gabo. Premio Nacional de Medio Ambiente 2005 y de la Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad (Periodismo). Diseñé y fundé www.efeverde.com en 2009. Más sobre mí: www.arturolarena.com

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