Oportunidades encontradas en lugares inesperados. Por (*) Bertrand Piccard (Solar Impulse)

Cada día, la COP tiene un tema asignado. Tras la reunión de líderes mundiales, no es de extrañar que el tema de las finanzas sea el primero, aunque ya haya dominado el discurso de los dos primeros días. A menudo hablamos del cambio climático en términos de costes, tanto financieros como humanos. Dicho esto, fundamentalmente creo que la oportunidad de negocio que hay detrás de la transición verde es lo que puede unirnos en nuestras ambiciones.

Supongamos que el cambio climático tiene tres fases: mitigar el impacto (ahí está la verdadera oportunidad), adaptarse o pagar por haber esperado demasiado tiempo para actuar.

El hecho de que el tema de las "pérdidas y daños" estuviera en el centro de la agenda de la COP esta vez, es revelador. Significa que hemos entrado oficialmente en la tercera fase, posiblemente la más preocupante y poco atractiva desde el punto de vista financiero.

Entonces, ¿cómo se va a beneficiar el mundo financiero? Les recomendaría que se centraran mucho más en las economías emergentes para diversificar su cartera y captar mercados en crecimiento. Tomemos el ejemplo de la generación de energía renovable: en los mercados emergentes, es un despilfarro gastar el dinero en combustibles fósiles importados. Deberían crear capacidad interna, descentralizando la producción de energía, lo que les haría más resistentes y les permitiría ser autosuficientes. Por último, una de las mejores estrategias para que los países más pobres continúen su desarrollo, es la planificación ecológica.

Aquí es donde el mundo financiero subestima su poder para marcar la diferencia. Considere lo siguiente: es complicado reducir la huella ambiental de un edificio que ya está construido.  En el continente africano, el 70% del parque inmobiliario que existirá en 2040, aún no se ha construido. Es una cifra extraordinaria, y me llamó la atención cuando la leí en una pared del Pabellón de Edificios aquí en Sharm El-Sheikh. Si lo hacemos bien, podemos asegurar un futuro limpio bloqueando ahora las emisiones de mañana mediante la construcción de infraestructuras sostenibles y desbloqueando inversiones que resulten atractivas. Potencialmente, esto podría ser mucho menos laborioso que en las economías avanzadas. Esto es cierto no sólo para el sector de la construcción, sino también para los sectores de la gestión de residuos y la energía. Esta mañana en la COP estuve hablando con Thierry Lepercq, Presidente de Hydeal, que me explicó el caso único de Mauritania, que ha decidido centrarse en el hidrógeno verde para la energía y quiere convertirse en un país receptor de inversiones y tecnologías verdes y continuar su desarrollo de forma sostenible.

La comunidad financiera puede ser los primeros embajadores de la transición ecológica, y probablemente algunos de sus primeros beneficiarios. Pero no se están moviendo lo suficientemente rápido, y esto es desafortunado no sólo para sus propios resultados, sino también para los mercados emergentes donde podrían tener un impacto real. Aprovechar esta oportunidad podría ayudar a restablecer el prestigio del sector frente a las críticas de los activistas, a menudo justificadas.

Tal vez esta Conferencia de las Partes marque un punto de inflexión - después de todo, la noche es más oscura justo antes del amanecer - y la comunidad financiera reconozca por fin dónde están las oportunidades más interesantes. Algún día tendremos que dar ese giro.