Lourdes Uquillas.- Un estudio del Instituto de Salud Calos III revela que Madrid y Sevilla se están adaptando correctamente al calor, no obstante, es necesario seguir desarrollando planes de prevención para evitar el aumento de muertes atribuibles a este fenómeno meteorológico, explica el doctor Julio Díaz Jiménez.
El jefe de Area del Departamento de Epidemiología y Bioestadística de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, Julio Díaz Jiménez, señala que según las conclusiones de un estudio -en fase de publicación- realizado conjuntamente con la Fundación Biodiversidad sobre los índices de mortalidad atribuibles al calor, “Madrid y Sevilla se están adaptando bien”.
Temperaturas según los escenarios de emisiones
Explica Díaz Jiménez en entrevista a EFE que según los cuatros escenarios de emisiones, llamados Trayectorias de Concentración Representativas (RCP, por sus siglas en inglés), recogidos en el V Informe del IPCC, en el peor de ellos, es decir el RCP 8.5 “que es donde parece que estamos ahora”, para finales de siglo “la temperatura subirá de media entre 4 y 5 grados”.
Según esas proyecciones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) en el escenario RCP 8.5 el ritmo de emisiones “continuará prácticamente constante en relación al actual”, eso significará “llegar a 2100 a concentraciones en la atmósfera próximas a 950 partes por millón (ppm) de dióxido de carbono (CO2) cuyo impacto en la temperatura será mucho más de dos grados”.
Las previsiones señalan que en España, en el periodo 2020-2100, “la temperatura subirá en torno a los 6 grados de media en los valores máximos diarios”.
[box type=”shadow” ]Ese incremento de temperaturas “va a tener un efecto claro sobre la mortalidad atribuible al calor”, es decir, afectará a personas que tienen “una patología de base -normalmente ancianos- que como consecuencia de ese ascenso fallecen al agravarse las patologías previas, que pueden ser proplemas respiratorios, cardiovasculares o enfermedades neurodegenerativas”.[/box]Mortalidad atribuible al calor

Según Díaz Jeménez, estudios retrospectivos “basados en anteriores datos”, en el periodo 2000-2010 “la mortalidad atribuible al calor ha sido de 1.300 muertas por año”.
[box type=”shadow” ][box type=”shadow” ]Esa cifra “podría subir a las 12.000 muertes por año” entre 2050-2100 si no se toman medidas de adaptación al calor “porque según las previsiones las temperaturas en España van a subir de media 0,6 grados por década”.[/box][/box]Entre las medidas a adoptar para luchar contra esta situación está la “implementación de programas de adaptación al calor”, que se mide porque “cada ciudad tiene una temperatura que aumenta la mortalidad por calor, que en Madrid son 36 grados, mientras en Sevilla son 41″, según el experto del Instituto Carlos III.
Es decir, si en Sevilla dentro de diez años “la mortalidad atribuible al calor empezará a los 41,6 grados y en los siguientes diez años a los 42,2”, por la subida de 0,6 grados por década, “quiere decir que a medida que aumenta la temperatura hace falta más calor para que la gente fallezca por mortalidad atribuible al calor”.
Esto es lo que “nosotros llamamos la adaptación completa, es decir, es necesario adaptarse al mismo ritmo que suben las temperaturas”.
Estudio sobre la adaptación al calor
El proyecto -que se inició en septiembre del año pasado-, se ha empezado con el análisis de Madrid y Sevilla, la primera por ser una ciudad con mucha población -por lo tanto los efectos son muy palpables-, y la segunda por ser una de las ciudades con la temperatura más elevada.
El estudio realizado conjuntamente con la Fundación Biodiversidad, analiza “a qué ritmo nos hemos adaptado desde el año 1983 al 2018, y seguirá analizando el grado de adaptación por provincia en ese periodo”.
[box type=”shadow” ]Según el Jefe de Area del Departamento de Epidemiología y Bioestadística del Instituto Carlos III, “en los últimos 35 años en Madrid la temperatura mínima de mortalidad ha ido subiendo”, es decir, “hace falta más calor para que la gente fallezca, y eso ha sucedido a un ritmo de 0,58 grados por década”.[/box]Es decir, “prácticamente lo que tenía que adaptarse a ese ritmo para que no haya más mortalidad por calor”.
En Sevilla “se han adaptado mejor a 1,1 grados por década“.
Medidas de prevención
Estos datos demuestran que “estamos haciendo las cosas bien, y que tenemos que seguir adaptándonos a ese ritmo”.
Según Jiménez Díaz, la adaptación puede hacerse por varios métodos, “el primero es el fisiológico que no se puede tratar”, pero existen otras respuestas como: “la mejora de los servicios sanitarios, de los planes de prevención o de las infraestructuras”.
Todo esto “está en los planes de prevención del Ministerio de Sanidad” y lo que se necesita es “seguir potenciándolos para seguir al mismo ritmo, con ello se logrará que ni en Madrid ni en Sevilla se dispare la mortalidad por calor, pero el reto está en seguir implementando medidas para ir adaptándonos como en estos 35 años“, según Díaz Jiménez.
Entre las medidas de prevención al calor, explica, están asimismo la identificación de grupos de población de riesgo -como las embarazadas-, el aumento de fuentes y zonas verdes en las ciudades.
Además, el uso de aire acondicionado con fuentes de energía renovables o la educación ambiental, concluye Díaz Jiménez. EFEverde
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