El urgente reto forestal: recuperar millones de hectáreas de tierras degradadas para convertirlas en bosques resilientes y biodiversos. Por (*) Francisco Purroy

Publicado por: generico 15 de septiembre, 2023

En la actualidad existen más de dos mil millones de hectáreas de tierras degradadas en el mundo. Solo en la península ibérica, contamos con más de 13 millones de hectáreas de suelo forestal que, sin embargo, no presenta cobertura arbórea y se encuentra matorralizado, baldío y degradado.

En 2022, España y Portugal sufrieron la pérdida de 300.000 y 100.000 hectáreas debido a incendios forestales. A pesar de los esfuerzos combinados de iniciativas públicas y privadas, solo se logró iniciar la reforestación de aproximadamente 10.000 hectáreas.

A día de hoy, el 75% del territorio está en riesgo de desertificación y, si bien se ha observado un aumento en la superficie forestal en las últimas décadas, el punto de partida hace un siglo era pésimo.

Además, su ordenación es insuficiente, y la prevalencia de bosques monoespecíficos, muchos con nula gestión, es alta.

La restauración de esa tierra degradada, devolviéndola a su naturaleza original, permitiría mitigar gran parte de los devastadores efectos del Antropoceno sobre el clima y los ecosistemas.

Para ello, tanto sector público como privado debemos unirnos y afrontar el urgente reto que supone para nuestra región la crisis climática, los incendios, las sequías y las plagas.

Desde Land Life Iberia defendemos la necesidad de una recuperación del bosque autóctono planificada, diseñada a conciencia y con precisión, y que beneficie de forma directa a las comunidades rurales locales.

La solución implica la recuperación de los bosques mixtos autóctonos, una reforestación centrada en maximizar la biodiversidad, la resiliencia y los beneficios ecosistémicos.

El primer pilar debe ser la gestión, protección y permanencia de todas las masas forestales con las que ya contamos en la península ibérica.

El segundo, la restauración ambiental de lo perdido debido a nuestra larga historia de incendios, de sobreexplotación y de aridez, que no ha hecho más que agravarse con el paso del tiempo.

En los millones de hectáreas deforestadas, radica la oportunidad de incrementar la biodiversidad, enfocándonos en el bosque que podrá pervivir y sostenernos dentro de 40 años.

¿Cómo desarrollamos una reforestación responsable con un impacto positivo tangible?

Colaboración con la comunidad local. Sin acuerdo y apoyo de los diferentes grupos de interés, un proyecto de recuperación del bosque mixto autóctono no resultará.

Esto significa implicar a la comunidad desde el inicio del proyecto, haciéndolos partícipes e informándoles de forma abierta y transparente, además de apostar por actividades de educación ambiental.

Debemos ayudar a activar la economía local y a fijar población en las zonas rurales con la creación de empleo en las diferentes fases del proyecto, la contratación de empresas forestales, cuadrillas y viveros de la zona, conseguir incentivos y financiación de actuaciones paralelas más allá de la reforestación, e impulsar la variedad de nuevas oportunidades de ingresos que genera el propio bosque.

Investigación, ciencia y tecnología. El uso de herramientas y técnicas de última generación son clave en el éxito de cada proyecto de recuperación forestal, y en asegurar la viabilidad a largo plazo de los nuevos bosques.

La integración de satélites y drones, la meticulosa selección de semillas forestales, la implementación de medidas de protección para semillas y plántulas, junto con enfoques innovadores para la supervisión, mantenimiento y seguimiento, son esenciales en nuestro campo de trabajo.

Aproximadamente un 25% de la península ibérica son ya tierras degradadas, el reto es mayúsculo y requiere del trabajo conjunto, tanto a nivel local y regional como transnacional.

Un ejemplo de ello es la participación en proyectos paneuropeos como SUPERB, que involucra a 36 miembros de 16 países, donde investigamos soluciones para el escalado de la restauración de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos en los bosques.

Otro de nuestros focos son los proyectos Life, como el de Olmos Vivos con el ‘Programa de Mejora y Conservación de los Olmos ibéricos’ en nuestra plantación de Villanueva de Tobera (Burgos), con plantas donadas por el Miteco.

Para poder recuperar lo perdido, debemos apoyar la creación de nuevos planteamientos que nos permitan generar créditos de biodiversidad sólidos.

Francisco Purroy es director de Land Life Iberia.

Debemos mejorar taxativamente las metodologías y la cuantificación de los créditos de carbono que se registran para los mercados voluntarios.

Hay cada vez más actores comprometidos, aprovechemos el momento para emprender proyectos de restauración ambiental planificados a conciencia con organizaciones con objetivos serios y ambiciosos de acción climática y protección de la naturaleza, mientras mantenemos una escrutadora lupa sobre aquellos que no están tomando las medidas necesarias.

 

(*) Francisco Purroy es director de Land Life Iberia.

 

 

 


 

Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de Medio Ambiente y Ciencia en EFEnoticias y  EFEverde

Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde

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